Hoy, 10 de Noviembre, es el día de las librerías, esos espacios que nos llenan de felicidad.
Yo, que soy una voraz lectora y a la vez muy cinéfila, siempre que entro en una librería, me creo dentro de una película. Y diréis, no tiene mucha lógica! Lo sé; pero los grandes momentos, a veces carecen de ella...
Volviendo al día de hoy, quiero reconocer la gran labor de los libreros, que aguantan contra viento y marea en un negocio que a veces no es fácil mantener, pero que seguramente les dará muchas satisfacciones. Los qué amamos la lectura, solemos pasar a las librerías, saboreando el momento, rastreando de un lado para otro títulos, buscando el amor. Y de pronto surge; ahí está, tu libro. El que se va a ir contigo a casa, para siempre. Lo coges con cuidado, hasta con temor, como madre primeriza y lo llevas a tu pecho. Y de pronto el librero te mira y te dice que hay una novedad, recién salida del horno y te la enseña. Y estás perdido. Te mueres por leerlo también. Pero tú ya tienes en tus manos , cual Gollum, tu tesoro. No quieres gastar más dinero, pero cómo perder la oportunidad de leer, ya, esa novedosa joya? Otro diría: "quizás otro dia"... Pero tú no, tú eres un pecador irredento. Tú decides llevarte los dos. Y cuándo estás a punto de pagar, ves en una lejana estantería, con una agudeza visual inusual en tí, aquel libro que creías descatalogado, y claro, corres a su caza presuroso, por si el señor que está cercano a la estantería, también lo pudiera ver y adelantarse a por él. Finalmente como el cumpleaños de tu tía es mañana, coges también un libro para ella y sales de la librería cargado, como si hubieras ido al super. Quien no haya vivido algo así, que levante la mano. Por cierto, el trayecto a casa, será un constante debatir interno, sobre si regalas el libro a tu tía, o te le quedas tú, que aunque es un poco " pastelón" igual hasta te gusta. Y al final, le compras una blusa.
Veis? Cómo en una película. Al final el llamado séptimo arte va a ser una librería.
Gracias a los libreros por ser unos magos para los ávidos de lecturas, por descubrirnos maravillas dónde no habíamos pensado, por seguir ahí, al pie del cañón, en éste mundo tecnológico, por dar ese toque humano y cálido a una compra, por llenarnos la cabeza de sueños y conseguir llenar una bolsa de felicidad tangible. GRACIAS.
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